Son construcciones de origen ganadero y singular belleza que se localizan en diversos puntos del término de la localidad y que, desde la Edad Media dieron cobijo al pastor y a su ganado.

Suelen tener una planta circular con una fuerte pared de pequeña altura en la que apoyan los palos de la techumbre, dando lugar a una forma redondeada, recubierta de ramas de enebro, sabina u otros arbustos. Suelen tener como pilar central el pie de una sabina o encina enraizada al suelo, alrededor de la cual se ha construido la paridera utilizando las ramas para contribuir en la sujeción de los palos.